it makes you wanna cry
DEJADO CAER UN
lunes, 14 de abril de 2014 A LAS
7:29 ||
2 comentarios
¡BUENOS DÍAS, BUENAS TARDES, BUENAS NOCHES!
¿Qué tal os tratan las vacaciones? Y, si alguien no está de vacaciones, ¿qué tal os trata la vida? Esta vez vengo a quitar las pocas telarañas que le hayan salido al blog y a traer también unas cuantas más directas desde el desván. Las fotos de hoy son de una sesión
un poco vieja y que tenía ya editada desde hace tiempo pero que me daba demasiada pereza subir. Todas pertenecen a la sesión que hicimos en el desván de mi abuela cuando vino a verme la señorita
Gin (click, click, click), de la mano de su maravillosa
Mark II -que yo no digo nada pero mi cumple es en un mes, ejem, ejem- y un paquete entero de velas aromáticas de Ikea con las que no sé cómo no nos colocamos.
Y os preguntaréis
-no os lo preguntáis, lo sé, pero queda bien decirlo, ¿vale?- a qué se debe que hoy me haya dignado a subirlas. Pues, la respuesta es muy sencilla: ha sido un flechazo. Estaba escuchando
Maria (click), de Blondie, cuando de repente me han venido todas estas fotos a la cabeza y me ha sido imposible resistir la tentación de unirlas y traéroslas. No ha sido mi culpa, de verdad que no, pero no podía negarme a volver a unir las fotografías con citas y subirlas y... y... y, aquí os las dejo. Todas las fotos, las telarañas que no se ven pero que se nos pegaban al pelo, el polvo y las velas de Ikea, y espero que os gusten.
Etiquetas: 50mm, Caon EOS 5d, Mark II, Photography, Signal Fire
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DEJADO CAER UN
lunes, 14 de abril de 2014 A LAS
7:29 ||
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¡BUENOS DÍAS, BUENAS TARDES, BUENAS NOCHES!
¿Qué tal os tratan las vacaciones? Y, si alguien no está de vacaciones, ¿qué tal os trata la vida? Esta vez vengo a quitar las pocas telarañas que le hayan salido al blog y a traer también unas cuantas más directas desde el desván. Las fotos de hoy son de una sesión
un poco vieja y que tenía ya editada desde hace tiempo pero que me daba demasiada pereza subir. Todas pertenecen a la sesión que hicimos en el desván de mi abuela cuando vino a verme la señorita
Gin (click, click, click), de la mano de su maravillosa
Mark II -que yo no digo nada pero mi cumple es en un mes, ejem, ejem- y un paquete entero de velas aromáticas de Ikea con las que no sé cómo no nos colocamos.
Y os preguntaréis
-no os lo preguntáis, lo sé, pero queda bien decirlo, ¿vale?- a qué se debe que hoy me haya dignado a subirlas. Pues, la respuesta es muy sencilla: ha sido un flechazo. Estaba escuchando
Maria (click), de Blondie, cuando de repente me han venido todas estas fotos a la cabeza y me ha sido imposible resistir la tentación de unirlas y traéroslas. No ha sido mi culpa, de verdad que no, pero no podía negarme a volver a unir las fotografías con citas y subirlas y... y... y, aquí os las dejo. Todas las fotos, las telarañas que no se ven pero que se nos pegaban al pelo, el polvo y las velas de Ikea, y espero que os gusten.
Etiquetas: 50mm, Caon EOS 5d, Mark II, Photography, Signal Fire
solo una bala
«(Así que estás sola. Estás sola frente a todo eso malo que dicen que llevas dentro y que sabes que, efectivamente, llevas dentro. Pero, ¿y qué? Ya hay demasiadas cosas buenas en el mundo.)»
ARLET HINOJOSA. Hay cosas que deberías haber aprendido los primeros días de tu vida.
Hay un universo entero, lleno de planetas, de estrellas, de mundos y de
quién sabe qué. Pero estamos
aquí. Estamos en un mundo que tiene poesía, que tiene risa, que tiene personas. Un mundo que gira, que tiene
9,81 m/s² de gravedad para mantenernos en el suelo y aun así volamos. Tenemos un cielo que sostener sobre nuestros hombros, un asfalto en el que clavar las rodillas, un horizonte hacia el que caminar hasta que los pies ya no resistan –y un poco más-. Porque somos carne, hueso y polvo de estrellas. Y no vamos a caer aquí, ni siquiera aunque la gravedad nos obligue a ello. Ni siquiera aunque el cielo nos sepulte. Podemos quebrarlo, podemos partir la gravedad. ¡Podemos volar! Y seguir riendo, y seguir gritando. Podemos llenarnos de rabia hasta estallar y hacer que estalle el mundo entero con nosotros. Que, como dice Carlos Salem,
no vas a comerte el mundo, quizás, pero el mundo está esperando tus mordiscos y yo también.
Y por eso estoy aquí. Estoy aquí porque quiero enseñar cada dentellada que dé. Porque me dijeron que
no soy supernova porque soy el estallido que la detona y me lo creí. Porque decidí que el miedo era demasiado insoportable como para soportarlo, así que tendría que enfrentarlo. Tendría que empezar a derribar mis muros con mis propias manos y seguir en pie con las rodillas temblando. Crear mi propio santuario a falta de unas clavículas en las que refugiarme. Reducir la gravedad a base de golpes, porque no hay forma de hacerse más pequeña cuando te crees titán, cuando eres titanio. Y si la vida es una batalla, que ni se gana ni se pierde, solo se mantiene, habrá que mantenerse con ella. Habrá que hacer poesía de la metralla, lunares de las heridas de bala, música de las explosiones y revolución de cada paso hacia el horizonte. Habrá que ser metralla, bala, explosión, revolución –y horizonte-.
Habrá que ser.
Y yo soy. Soy una
Balaperdida. Y he venido a meterme entre vuestras costillas, porque esa es mi forma de
perdurar.
«In Alexander's life there was one thread that could not be broken by death, by distance, by time, by war. Could not be broken. As long as I am in the world, she said with her breath and her body, as long as I am, you are permanent, soldier.»
― Paullina Simons, Tatiana and Alexander
anywhere in time and space
«Ahora qué miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que dios se muere, se resbala,
saber que dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.»
(Ausencia de dios, Mario Benedetti)